domingo, enero 22, 2006

Hormiguitas...

Justo cuando la hormiga bajaba el hueso de aceituna por el agujero del hormiguero, empezó a sentir cómo el peso de esa muerta semilla hacía desprenderse la inestable tierra que sus delgadas patitas soprotaba, de forma ya temblorosa.
Aunque muchos animos y arranques de coraje se daba acabo rodando cuesta abajo y, justo en el borde del fondo, donde empezaba el techo de la galería principal, el terrible hueso de aceituna quedó atrapado, bloqueando la entrada.
¿Crees que la hormiga podría hacer algo si quedó encima del hueso?